Declaración artística

Fluctúo entre la escultura y el arte relacional, entre lo individual y lo colectivo

Dedico tanto como puedo a la exploración. Uso el arte para descubrir(me) y compartir(me). Creo que es el ingrediente que lo hace todo más disfrutable: desde las acciones más básicas, como el vestir, hasta las más grandes expresiones humanas, las cuales, considero, son la sexualidad y la comida.

Lo que más me gusta es hacer escultura, dibujar y experimentar. Mis medios favoritos son el barro, el grafito y el papel. Amo cómo me hacen sentir los colores de la Tierra y el dramatismo del blanco y negro. Prefiero la materia pero tengo un enorme gusto por la cibernética y la virtualidad. 

Me siento determinado por mi historia, mi contexto, mi cuerpo y por los conceptos de lo receptivo, lo creativo y su arcoíris. Me debo a la inspiración de mis maestres, la gente y la naturaleza. Me pregunto qué hay conservar y qué hay que transformar. Me interesa lo que se une, lo que se separa; analizar los procesos e iterar. Me gusta generar asombro, curiosidad, e incentivar la imaginación interactivamente. Me cuestiono qué significa ser humane.

Disfruto de las largas mesetas del arte de la estética, vislumbrando utopías; así como de los breves pero intensos picos del arte contemporáneo, tratando de dudar de toda forma. Me produce satisfacción cuando realizo proyectos que incluyan procesos artísticos, artesanales y de diseño.

Soy aficionado al arte colectivo anónimo, en particular de los rituales en donde se diluyen los límites. Creo que las ideas no pertenecen a los individuos y mucho menos a las corporaciones, sino a la humanidad, y son importantes aportaciones que podemos hacer para el mejoramiento e inspiración de las personas. Pienso que con las ideas, junto con el trabajo de nuestras manos, podemos aportar a la recuperación de la Tierra. 

Julio Sahagún Sánchez